A. ALIMENTE SU ALMA CADA DIA.
El hablar con Dios alimenta su alma. “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).
También Pedro enseña: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2:2).
¿Le parece que la Biblia es difícil de entender? Antes de comenzar a leerla cada día, pídale al Señor que se la aclare.
B. DESCANSE EN EL SEÑOR.
Usar medios bíblicos para sobreponerse al desaliento y la preocupación. ¿Se siente demasiado débil para hacer lo que el Señor quiere que usted haga? Usted no puede ir al cielo por sus propios esfuerzos por ser bueno ni por las buenas obras que haya hecho. Deje que su fe descanse en sus promesas.
¿Han sido inseguros sus primeros pasos con el Señor? ¿Se ha tambaleado y caído y ha sentido que no vale la pena tratar? Aliéntese. Su Padre, quien le dio esta nueva vida, lo sostiene de la mano y lo volverá a levantar. Entréguese cada día a Dios en oración, confesándole su debilidad y pidiéndole que le dé la fortaleza que necesita para vencer cada tentación. “Pero los que esperan a Jehová, tendrán nuevas fuerzas; Levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:31).
¿Lo molestan los problemas de la vida? ¿Tiene miedo? ¿Se siente desalentado porque tiene demasiado trabajo? Descanse
en el Señor para que la preocupación, el desaliento y el temor no hagan más lento ni detengan su desarrollo espiritual.
¿Sabe usted cómo lograr este descanso? Tenga fe. Crea en lo que Dios ha prometido y mírelo a Él en vez de sus problemas.
Lea las palabras de Jesús: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré Descansar. (Mateo 11:28)
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:31–33)
C. MANTENGASE ESPIRITUALMENTE SANO.
Evite la enfermedad: Permanezca limpio
Así como una madre trata de mantener a sus hijos limpios y los protege de las cosas que los enfermarían, así el Señor desea guardarlo de las cosas que enfermarían su alma. Cuando Deje que el Señor ande con usted y sea su guía. Manténgase fuera de la suciedad de las diversiones indecentes y de la vida inmoral. No vaya adonde el Señor no iría. Mantenga limpios sus pensamientos, palabras y acciones.
Jesús enseñó: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8). ¡En lo que usted piensa es importante! Si usted permite que su mente se llene de pensamientos impuros, éstos le infectarán el alma, le debilitarán la voluntad de ser fiel a Dios. Usted puede pedirle a Dios que en realidad le impida cometer cosas que son contrarias a su voluntad. Sin embargo, la responsabilidad de usted no termina allí. Pida a Dios que le ayude a erradicar esos malos pensamientos. No lea libros, no vea ilustraciones ni oiga historias que son indecentes e inmorales. ¿Cómo puede usted controlar sus pensamientos? Usted debe dar pasos positivos para mantenerlos puros.
Esto es lo que la Biblia dice:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. (Filipenses 4:8)
Haga de este versículo su oración diaria:
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. (Salmo 19:14)
A continuación hay algunos de los venenos que usted debe mantener fuera de su mente:
- Enojo
- Preocupación
- Envidia
- Odio
- Sospecha
- Temor
- Resentimiento
- Impaciencia
D. EJERCITE SUS MUSCULOS ESPIRITUALES
El cuerpo se fortalece con el ejercicio, mientras que el alma se fortalece con el trabajo para Dios. Hay varias cosas que usted puede hacer para mostrar al Señor su gratitud por su salvación.
Algunos de estos ejercicios espirituales son: hablar a otros acerca de Jesús, orar por ellos e invitarlos a la iglesia. El tomar parte en la iglesia y luchar contra el pecado le ayudará a crecer espiritualmente. A medida que crezca espiritualmente y aprenda más de su Palabra, el Señor le dará más oportunidades y responsabilidades en su obra.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. (1 Corintios 15:58)
¡Caminemos hacia adelante, en pos de la victoria!